3.11.06

Por nuestros prejuicios...

Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación, le informaron que el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo. Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera. Mientras hojeaba su revista, una joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. Imprevistamente, la señora observó como aquella muchacha, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente. La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente a la joven y se la comió mirándola fijamente a los ojos. Como respuesta, la joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en la muchacha. El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora cada vez mas irritada, y la muchacha cada vez más sonriente. Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete solo quedaba la última galleta. No podrá ser tan descarada, pensó mientras miraba alternativamente a la joven y al paquete de galletas. Con calma la joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco. ¡Gracias!, dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad. De nada, contestó la joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad. Entonces el tren anunció su partida... La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio a la muchacha todavía sentada en el andén y pensó, ¡Qué insolente, qué mal educada, qué ser de nuestro mundo!. Sin dejar de mirar con resentimiento a la joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas intacto.
posted by Calíope at 3.11.06 Photobucket - Video and Image Hosting

14 Comments:

Ufff... el final me ha partido por la mitad, lo confieso, me ha dado la vuelta. Tuve una profe de teoría de la literatura que lo llamaría técnica de extrañamiento, yo te digo que es un relato cojonudo.
Un saludito.

3/11/06  

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3/11/06  

Conocia el relato, cuando lo lei por primera vez quede totalmente sorprendida, esta muuuuy bueeeno,te deja como decimos acá ,cantando.. ¨La vida me engañó¨

Para Raiko: tecnica de lo que?

3/11/06  

Muy buena ilustración de las mezquindades del ser. Deja pensando, no?

4/11/06  

Amoroso el gesto de la jóven, hasta las últimas consecuencias. Y siempre sonriendo !! A pesar del enojo de la confundida señora.-
Muy bueno, Calíope!

4/11/06  

Me ha encantado tu relato :)
Al principio pensé: mira que yo soy descarada pero nunca me atrevería a hacer una cosa así.
Pero según escribiste ese final... me di cuenta de que alguna vez he vivido algo parecido y he sido la joven sonriente. No con galletas pero sí con alguna otra cosa.

A veces es fácil equivocarse sobre todo si estamos enojados.

Aunque quizás tu relato tenía otra moraleja más fantástica que yo no vi en él.

Un beso :)

5/11/06  

Muy buen relato. No se si es de tu cosecha o si es la narración propia de algo que escuchaste, pero sea como sea, está muy bien escrito. Es tan ágil que se siente el tironeo. Claro y contundente.
Un beso, Vero

8/11/06  

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12/11/06  

Raiko: mmmmm interesante lo de tu profe. G P V (Gracias por tu visita) y un honor, de verdad.

Vade retro: Sabes? a veces creo que soy como una estrella fugaz... Un abrazo de osa.

Ernestina: Ufff eso me gustaría a mí...cantar!!!!!! Ojalá la vida me diese esa oportunidad. Beso enorme.


Bettina: jajajaja muy buena, tú si que sabes. No dejes de pasarte por aquí ok? Eres siempre bienvenida. Besos.

María del Norte: Deberíamos aplicar siempre el dicho: "al mal tiempo buena cara". Todo sería más fácil. No crees?

Kasandra: A mí también me ha pasado varias veces pero yo he sido las dos mujeres. Estoy totalmente de acuerdo contigo en que cuando nos enfadamos decimos cosas de las que luego nos arrepentimos. Qué estúpidos somos a veces. Beso de luz.

Sole: Me encantan los trenes, algún día te visitaré...
Abrazos ;-)

Laurabaires: Casi tan vertiginoso como la vida misma...

12/11/06  

La Luna está celosa de tu mirada.

14/11/06  

oye, que admirable la actitud de la niña....
yo le habría dicho a la señora "vieja patúa, compra tus propias galletas!"
xD

jeje... no, en serio, bueno el texto... enseña bastante =)
un abrazo para ti

19/11/06  

Y niña? venga un post !!vamos!!

23/11/06  

Pues nada, que yo pensaba lo mismo que Ernestina :)

¿Algo va mal?
Cruza los dedos...

Un beso.

25/11/06  

bueno he lleado tarde por aqui, pero me ha encantado este relato, cada persona tiene un mundo en su interior, y me gustaria saber q fue de la señora despues de encontrar su paquete,porq la chica tenia el alma limpia

2/1/07  

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